lunes, 2 de julio de 2012

Capitulo 1: Escucha, es importante.

La mirada funesta atravesaba la sala iluminada por las incandescentes llamas de la esperanza. Los rayos de sol que atravesaban la ventana en aquella mañana de Febrero daban un tierno toque dorado al mobiliario de madera de roble con el que estaba construida toda ella, paredes incluidas. Los ojos de la muchacha, cuya mirada era afilada reflejaron con un destello instantáneo la afilada mirada de sus esmeraldas. Había permanecido toda la noche con la ventana abierta, dejando entrar algunos copones de nieve de la ventisca que asolaba la ciudad por cuarto día consecutivo. Sentada en su cama, ataviada con las ropas de gala con las que había llegado de aquella fiesta macabra que había tenido lugar la pasada noche en la mansión del Duque. 
La famosa fiesta había sido anunciada por toda la comarca y había sido el tema de cotilleo, murmuraciones y rumoreo durante los dos meses anteriores. Al parecer, toda la aristocracia de la nacion había sido invitada al evento, y eran frecuentes los paseos del Duque en su carruaje por el pueblo para escoger a las campesinas mas hermosas mas bellas para que lo acompañasen en la velada, a pesar de no pertenecer a una clase social elevada. Todo aquello podía parecer muy bonito pero solo generaba desprecio, envidia y odio en los vecindarios de los pueblo. 
Las familias de las invitadas a la mansión estaban extasiadas y despilfarraban comprando ajuares y vestidos de gala. Pero al mismo tiempo, las mas ancianas de la familia, las matriarcas de la familia a las que ya nadie hacia caso y que permanecían en silencio tejiendo con los hilos mas desgastados en su esquina, despertaron de su letargo para tratar de alertar a los demás sobre la desgracia que había caído sobre la familia de las elegidas. este temor despertado por la salida del duque de su mansión se debe alas viejas leyendas, con trazos de verdad y pinceladas de misterio acrecentadas por los rumores de los antepasados, que hacían que la población campesina de la zona mantuviese una actitud temerosa hacia el mundo de la mansión. 
"Cuenta la leyenda que en tiempo antiguos, cuando en la cabeza de los poderosos solo había pelo y nada mas, y los pobre se conformaban con esperar la muerte con resignación. Debían agradecer al Duque que les cediese las tierras que cultivaban y el tener un mendrugo de pan mojado que llevarse a la boca. El día de nochebuena, un pelotón carruajes negros salio de la mansión y se dirigieron a las casas de los aristócratas mas importantes de la comarca, portando una invitación para la fiesta del 21 de Febrero, día en el que se cuenta que la familia del Duque se hizo con la fastuosa mansión que habita hasta la actualidad de esta historia el Duque. Días después, la ultima noche del año, otro cargamento de carruajes, esta vez blancos partieron desde la mansión hacia diferentes puntos de la comarca para mandar nuevas invitaciones a la fiesta, pero esta vez las agraciadas eran las jóvenes mas hermosas de cada aldea. tras los mucho elogios a las familias y los preparativos dispuestos para la ocasión, llego la fecha de la fiesta. En año de 1789, cuando la fiesta del Duque transcurría con total normalidad, los músicos dejaron de tocar y una risa macabra se apodero de todos los asistentes y estos, como poseídos por diferentes demonios empezaron a asestarse puñaladas y a matarse unos a otros, convirtiendo la fiesta en un autentico baño de sangre. El Duque, quien se libro de tales espíritus malignos, consiguió escapar por la ventana de uno de los múltiples salones hasta refugiare entre los bosques de su propiedad." Desde aquella noche, el Duque decidió permanecer encerrado sin ver a nadie a excepción de su mujer, que durante el fatal accidente estaba de viaje en Austria, y pudo reencontrarse con su esposo y formar una familia en aquel hogar visitado por los hijos de Satán. Cuando el Duque murió, su hijo le sucedió, y lo mismo ocurrió hasta llegar al actual Duque, Sir James Mightnot. La mansión no ha sido visitada desde entonces por nadie a excepción de familiares y amigos muy íntimos del Duque.
A veces no esta demás escuchar lo que nuestros ancianos tienen que decirnos.

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