martes, 18 de diciembre de 2012

Lo siento, no he cambiado.

La vida. Ese minúsculo regalo que nos hace la química  Una pequeña franja del universo para desatar sonrisas, derramar cascadas de lagrimas y ensangrentar el mundo de sentimientos. Ahogar gritos en silencio y emitir destellos de socorro con luz negra es una pérdida de tiempo. Vivir entre vapores de sueño y perfumes de fantasía nos asemeja demasiado a la clase cortesana, ignorante de los problemas reales de la vida. Dejarnos deslizar al suave vals del movimiento de una pluma que desciende poco a poco desde las alturas a veces ayuda a comprender el mundo. Esa organización de armónicos que atrapa los sueños y los entrelaza constituyendo un telar muy resistente llamado realidad. Y como muñequitos de papel, frágiles e inocentes, nos vamos colocando en ese escenario tridimensional, escalando por los hilos del deseo y trepando por las agujas de la experiencia.

Cuando en mitad del silencio una voz rompe el vacío y deja caer un torrente de notas que resbalan suavemente por tu piel, deslizándose, acariciándola, transmitiéndote toda la seguridad de que son capaces sabes qué es música. Si alguna vez existieron aquellos a los que denominamos Dioses estoy seguro de que fueron ellos los que inventaron este lenguaje cósmico y celestial que los humanos hemos atisbado a utilizar. Las carcajadas de un niño brotan de su garganta tan libres como una bandada de pájaros ejerciendo una pequeña muestra del poder de la naturaleza. Y, consecuencia de ello, se disparan las sonrisas como centellas en las bocas de los mayores.
Las nubes negras se disipan, y surge el azul que tan bien combina con el verde de los prados. La belleza de la vida son invade todo. Los pequeños soñadores se asoman al exterior de sus madrigueras llenas de recuerdos y nadan en el perfumado, tibio y aromático aliento que respira la tierra.

La eternidad se paraliza y el bombeo de sangre primaveral del corazón se acelera. Los sueños, se disipan para dejar paso a sus hijos, los recuerdos, lo que pudo haber sido pero no fue, que siempre quedarán ahí, clavados como el alfiler en los muñequitos de papel. Pero el sueño más fuerte se convirtió en un híbrido de realidad que ni el mejor de los detergentes cerebrales sería capaz de eliminar. Anclado en la pared, inmóvil y con aires de divino, aquel maquiavélico elemento se planta ahí, sin apartar la mirada. La verdad escrita en 4 palabras, que siempre quedarán grabadas.
"Terco, insensato, inseguro e ingenuo."
Aun así, yo seguiré luchando por ilusiones desrrealizadas y a las que, aunque no sean demasiado palpables, les pertenece una buena parte de lo que soy, fui, y probablemente seré.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Juegos de cartas.


Supongamos que tenemos cuatro cartas: dos de ellas son azules y las otras dos son rojas. Estas cuatro cartas son las que controlan nuestro estado de ánimo en todo momento. Dos de ellas, una roja y una azul, eran las que más apreciabas en primavera, pero por cuestiones del destino, en verano se vieron pisoteadas y arrugadas, y dejaste de darles importancia. Y ahí fue cuando entraron en tu vida las otras dos cartas, la nueva carta roja y la carta azul. Pero la llegada de los vientos del invierno rescató las dos primeras cartas del gélido ardor del suelo del olvido y las volvieron a meter en tu partida.La situación actual está dominada por estas cuatro cartas. El problema, exige que debamos quedarnos con una carta, dos a lo sumo, y esto último pagando un alto precio a los aristócratas sentimentales del corazón. Las cartas del verano siguen pareciendo tan brillantes como el primer día  pero las cartas de la primavera traen los viejos y suculentos aromas del pasado, acompañados con las imágenes de ternura e inocencia que dominaban aquellos días. Es una elección difícil. 
Podríamos rechazar la carta roja del verano, guardándola en el corazón para siempre. Pero es doloroso. Por otra parte, la mirada funesta que trae la carta azul de la primavera está pidiendo a gritos que la aparten de la partida, pero el afecto que sientes por esa carta es demasiado grande como para apartarla tan fácilmente de la mesa. La carta azul de la primavera, sin embargo, se siente atraída a la partida sin sentido por obligación, y su salida no sería tan preocupante por la espesa capa de polvo de tiempo que pesa sobre ella. Por tanto, solo nos queda por cuestionar, la presencia de la carta azul del verano en la partida. Al fin y al cabo, sabes que es la que mejor se conserva, y la que más te ha sonríe. Pero esa carta es una carta especial. No es tan simple como decidir quitarla o mantenerla, sino que hay algo que la ha encadenado a la partida, junto con su sonrisa, a veces con un rastro macabro, de forma que desprenderse de ella supondría un ritual tan largo y estridente que es una situación algo delicada. 


En medio de este cacao mental es cuando la única solución favorable parece barajar, pero todos sabemos, que salga lo que salga, eso no marcará una decisión, así que, como pasatiempos, vamos a barajar las cartas, a ver si el azar es capaz de ordenar algo en este pequeño caótico universo.



sábado, 8 de diciembre de 2012

Sings for absolution.

¿Porque estas torturas sin sentido?
¿Porque hay palabras en el olvido?
¿Por que caímos en el desastre natural?
"Nos creímos tan fuertes como héroes de guerra", o al menos tu lo hiciste, en tu insistencia por abordar la gran ola del mundo por arriba, en lugar de hacerlo sumergidos en el agua creando nuestra propia burbuja impenetrable, como yo te sugerí. No pretendo culparte ni mucho menos, pues soy yo normalmente el que no obedecería ni al mismísimo Zeus, pero esto es duro. Ver como se marchitan las palabras en el pasado, y como los bellos ángeles de la felicidad despliegan sus alas desprendiendo tu embriagadora esencia musical y parten hacia la lejana tierra de donde todo viene y va es insufrible. Me araño las carnes, dejando que la sangre hirviendo por mis venas se deslice por mis brazos, fríos como la nieve. Las heridas hacen daño, y sin duda alguna esta es de las que dejan cicatriz, pero no hace falta que sufran mas seres humanos por esta superproducción que el estudio de mis sentimientos ha sido capaz de organizar en tan poco tiempo. Hay tal desorden de ideas en mi cabeza, que hasta parece que están ordenadas específicamente para que, al tirar del hilo, quede una hermosa figura, respuesta al mayor de todos los problemas.

"No lo pienses más, y coge el vuelo". Estas oportunidades que te brinda la vida no las debes dejar pasar, por un loco soñador que se disgusta al despertar de su templado y recostado letargo. Es cierto que las más alegres melodías ahora ni siquiera conseguirán sacarme una sonrisa, y que las pequeñas cosas de la vida dejaran de tener sentido por algún tiempo, para que engañarnos. Pero pasaré, o al menos lo intentaré, y aunque vuelva la página siempre quedarán los posos de tu presencia, y al pasar la siguiente pagina también  y la otra, y la otra, hasta el final de la historia. Este artístico trazo en el lienzo no puede ser borrado ya, es imposible.

Enfrentarse a la vida solo no suele ser una buena idea.

Enfadarse con uno mismo es algo normal en las personas egoístas  Pero egoístas en el sentido literal de la palabra. Creer que todo gira en torno a uno mismo es una costumbre demasiado arraigada y demasiado oculta entre nuestra raza de seres pensantes. Pero, ¿acaso la vida de una persona no se define como el conjunto de acontecimientos en los que participa dicho ente y el conjunto de reacciones que él provocan? Entonces no suena del todo descabellado pensar que todo gira entorno a nosotros, ya que la perspectiva desde la que observamos el mundo no es otra que la de nuestra vida.


Quizás la clave de esta confusión este en la idea de que tenemos una única perspectiva. Como el arquitecto mira sus planos mentales de un buen edificio desde todos los ángulos posibles, nosotros también deberíamos aprender a mirar lo que nos rodea desde varios ángulos  Y es que, si nos obcecamos en una única perspectiva y visión estaremos creando un mundo de sueños (idealizados o no) que se desmoronará igual que una casa sin buenos cimientos cuando pasemos de la teoría de nuestra visión a la practica de la acción en el tiempo.

Pero claro, es muy bonito auto-inculparse tras el experimento fallido de llevar a la practica un acontecimiento mental precioso. Y más bonito es como acuden los oscuros cuervos de la culpa y del arrepentimiento a recoger las migajas de lo que queda, y llevárselas a la guarida de la depresión, donde volverán a resurgir como el fénix de sus cenizas, y lucharás por escapar de las mazmorras, jurando haber aprendido la lección.
"Andar con pies de plomo" no suele estar de más en ocasiones, así que deteneos un momento y ayudaos de los múltiples soles que os rodean llamados "amigos" para descubrir todas las caras de cada problema poliédrico que abandona el tiempo en las puertas de nuestra vida.

domingo, 25 de noviembre de 2012

El tiempo es inútil para los sentimientos.

Se resquebrajan los finos oleos con el paso del tiempo. Se marchitan las flores de los campos en los que las bailarinas de ballet danzaban sin miedo y con alegría por todos los senderos de sentimientos positivos. Se pudren los frutos no recogidos del árbol del conocimiento, ahora oculto bajo la capa de invisibilidad de la ignorancia. Los vocablos, antes cuidados y escritos con esmero, ahora no son mas que burdos insultos de tabernero pidiendo mas alcohol que ayude a transportar al olvido aquel baúl lleno de recuerdos que una vez fueron demasiado bellos como para que después de que las tenues notas de la melodía del amor se apagasen, continuasen resplandeciendo en la oscuridad de esta cárcel en que se habían convertido los aposentos del Duque del dolor.

Este titulo era el más apropiado, mas no estaría de mas explicar el tortuoso camino lleno de tormentos que acosaron a dicho personaje durante largos e interminables años. Cuando un día de sufrimiento terminaba, una noche abarrotada de pesadillas y magia oscura invadía aquella morada en la que parecía haberse convocado la danza macabra de los espectros más infames y despiadados de las profundidades del Hades. 

Su aspecto, antes cuidado y diariamente acicalado, manteniendo una pose enorgullecida (en ocasiones demasiado) y con pinceladas de valentía, había derivado en una frágil y delgada figura, carcomida por el miedo y el horror que solo la mente de los mas alejados de este mundo puede llegar a concebir. Sus cabellos, con algún que otro mechón rubio, a pesar de la suciedad, se enmarañaban frente a sus ojos, ocultos en las sombras desde hace mas de siete lunas. Ciegos de terror, pánico, muerte. Ya no quedaba rastro de aquellos rojizos y carnosos labios, que con la dulce melodía grave que brotaba de su garganta, embelesaban a cualquier dama sobre la faz de la tierra. Su boca, o el lugar en el que se debería encontrar, fue convertida en un aspirador de sentimientos, vil, cruel y sanguinario, y única fuente para su subsistencia.


Escondido en las tinieblas de su vivienda, trataba de caer agotado, y no volver a despertar, no vivir por más tiempo aquella desgracia, peor que la subida hacia el conocimiento desde la cueva del mundo, peor que las marcas a fuego en el corazón, peor que la angustia de no saber donde se encuentra esa persona que convierte la oscuridad en luz. Ya había desistido en mutilar su cuerpo, porque el alma errante que lo había maldito se había encargado de asegurar que la vida de aquel pobre desgraciado fuese lo más larga posible. Cortándose las venas, solo sentía un ligero cosquilleo en los brazos, y un liquido azul brotaba de ellos, durante no mas de cinco segundos. Sus piernas se habían hecho inmunes a cualquier tipo de golpe, bien lo sabia en piano de cola que había dejado caer desde el tejado para comprobarlo. Las balas del fusil que guardaba de su abuelo no le rozaban, pues cuando estaban apunto de provocar el deseado efecto en el muchacho, se desviaban y rompían otra cosa mas de aquel tormento de casa.


Ciego de dolor tras la perdida de lo que más quería en este mundo, había jurado que antes de sentir algo similar o un esbozo de felicidad en su interior de nuevo, se suicidaría, pues aquello sería traicionar a la persona por la que en realidad había sido traicionado, y puso por testigo a todos los dioses en los que la humanidad ha tenido alguna vez fe, de que cumpliría su palabra. Pero a los maquiavélicos fantasmas que se alimentan de los buenos sentimientos, y para los que el amor es un gran majar, no les gustó aquel ataque ante su poder sobre el mundo de los humanos, de modo que acordaron, que el Duque del dolor, se convertiría en uno de ellos, condenandolo así a pasar todas y cada una de las noches de su nueva e infinita vida, asesinando y absorbiendo la felicidad de los habitantes de la tierra, y a rememorar cada vez que cayese en el sueño, todas y cada una de las tétricas escenas que su paso dejaba en aquellas vidas. Atormentado por todo lo sucedido, no tardo en aparecer la locura por su mente, y los rayos de sol, el perfume de las flores en primavera, la risa de los niños en el parque y los bellos finales de las sinfonías se convirtieron en objeto obligado para el nuevo captor de sueños.

"Temer al amor es temer a la vida, y los que temen a la vida ya están casi muertos." 

sábado, 24 de noviembre de 2012

Moonlight train.

Despertarse de aquel sueño que revivía la peor de sus pesadillas reales en su vida no era una sensación agradable. A pesar de que era muy temprano y de que el carro de Apolo aun no había comenzado su viaje, decidió que sería buen momento para comenzar el largo y apasionante día que lo esperaba. Sin embargo, al darse la vuelta para poder desenredarse de las sabanas, Morfeo decidió secuestrarlo de nuevo. Tal vez eso fuese lo mejor. A pesar de haber dormido una cantidad de tiempo el doble de su dosis habitual, aquello había parecido convertirse en una droga. Las noches eran el único momento de paz en el trascurso de las semanas. Y a pesar de que dedicaba gran porción de ellas a hablar con la gente que de verdad le importaba, los sueños se antojaban demasiado apetecibles en mas de una ocasión.
Los ángeles del pasado, presente y futuro elevaban todos sus pensamientos hacia el cielo del olvido, aletargando sus fastuosos problemas, que regresarían en el brusco despertar de la melodía de piano del amanecer. Sus rostros, ocultos por una luz blanquecina cegadora, se reconvertían en todas las personas que habían jugado algún papel estratégico en su vida. Las estrellas de la imaginación descendían fugaces sobre la faz de aquella tierra fantasiosa, aportando contradicciones reales, infinitos imposibles y tiempos superpuestos en una atmósfera de cálidos y reconfortantes vapores de sentimientos.
Las marcas que la gente graba a fuego son permanentes en el corazón y permanecerán ahí por mucho que esa gente desaparezca. Esto podría parecer divertido incluso, pero cuando la ausencia se hace insoportable, dichas marcas se convierten en abrasadoras puñaladas de dolor que desangran poco a poco a la felicidad, que tantas veces es secuestrada en el periodo de las lunas que dura una vida.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Desengaño musical.


Caer en un profundo mar de oscuridad sin sueño, sin espacio ni tiempo, solo ingravidez total hasta que la inmensidad se hace tan oscura que se convierte en un haz de luz cegadora. De pronto: Suelo.
Silencio. Como el siseo de una serpiente se extiende por los confines de mi universo. Es el reposo absoluto, la calma, el grácil comienzo de todo. Ni siquiera nosotros podemos percibirlo, puesto que nuestra insignificante existencia requiere de un motor constante que se empeña en impedirnos experimentar la maravillosa sensación de la inexistencia por un instante. Tal vez por eso la muerte es algo misterioso: perdemos el sentido de la audición y durante los segundos en los que permanecemos con vida pero nuestra pequeña bomba interior decide detenerse, es posible experimentar la paz deslumbrante que el alma concupiscible no es capaz de apreciar.
En la lejanía de los confines de la percepción, donde las melodías se transforman en suspiros, aparece un suave y mullido colchón armónico,  en grave  tono menor, evocando lo que podría ser perfectamente la eclosión de una obra de arte. Parece que se acerca, pero lo hace tímidamente, manteniendo su casi imperceptible volumen, y acrecentando poco a poco las ansias de algo que se pudiera apoyar en él.
De repente, al otro extremo de mi desmesurada sensación de seguridad sobre tal plácido colchón, aparece algo nuevo, algo distinto, algo musical. Nuevas voces invaden tu mente. El sonido de un piano arpegiando escalas de ultratumba con paso fúnebre, con calma para pasar de un sonido al siguiente. Todo es continuo, formando un conjunto que evoca el recuerdo al mal presagio.
La inseguridad se apodera de mí. Si estas voces han podido surgir de los entresijos del infinito, solo un ser superior podría determinar qué será lo siguiente. Pero no hay tiempo para demasiadas cavilaciones, pues el siguiente elemento no tarda en llegar.
Levantando su arco al mismo tiempo, una horda de violinistas invisibles acechantes en la frontera de la realidad, deslizan con suavidad sus armas sobre las tensas cuerdas de sus afinados instrumentos.  El resultado: un sentimiento. Armonías tan agudas y frágiles que parecen descender de la cumbre del mismísimo monte Parnaso, como enviadas por las musas de Apolo. Se van posando suavemente sobre mi umbral auditivo, llenando de sonidos tu cabeza, cayendo como en cascada, dejando que la gravedad haga su trabajo. Ya no hay escapatoria. Todos están aliados, y se hacen más fuertes por momentos, haciendo que los muros de la hipocresía y del egoísmo de tu interior comiencen a retumbar. Te sientas, con gesto de preocupación, mirando al suelo, pálido como si de nieve virgen se tratase, pues es el único lugar del cual aun parece que no proviene nada que haga peligrar esa maligna integridad humana.
En esta atmosfera continua, que rescata emociones ya olvidadas y hace florecer pasiones como los cerezos primaverales que traen la alegría de los niños y la desgracia de los alérgicos, aparece otro elemento más. Como centellas disparan sus escalas los piccolos y flautas, ascendentes y descendentes, a tal velocidad que parecen infinitas. Estrepitosas subidas, vertiginosas bajadas. Escalas de tristes modos, inspirando alaridos nocturnos desesperados aferrados al dolor.
Es tal el loco movimiento de las notas a través del papel que genera movimiento en el resto de instrumentos. Es la revolución de los violines, que tratando de imitarlos abandonan su estática posición en la melodía para comenzar arpegios acelerados, robando su papel al piano, que, dominado por un pianista endemoniado inexistente ahora prefiere dedicarse a esforzar acordes imposibles maquillados con esbozos de una melodía encantadora.
Este estrepitoso movimiento generado instantáneamente, provoca un giro inesperado en tu corazón, que se retuerce, exprimiendo las primeras gotas de odio y egoísmo que esos momentos de melodía pueden extraer. Una mueca de dolor aparece en tu cara. “Será doloroso”, acabas de descubrir.
Durante el pequeño tramo de magia que ha comenzado a producirse en esta mente cansada, el volumen del antídoto contra la ignorancia y la hipocresía ha ido in crescendo hasta alcanzar la potencia del tono de arenga de los grandes luchadores.
En este cuadro, deseosos de participar en el acto de purificación, entran en escena el resto de músicos. Corriendo a cuestas con sus instrumentos y desprendiendo una cálida aura de inspiración ferviente en el ambiente. Un soplo de aire fresco en la estancia recién despertada de si largo letargo. Trompetas, trombones, clarinetes, flautas, oboes, saxofones, las trompas, el fagot, todos quieren formar parte de este canto celestial a la vida.
Comienzan a trazar dulces melodías, entre las que se pueden percibir los primeros albores de esperanza, de sensaciones positivas, de amistad. Lágrimas dolor resbalan por mi cara, estremeciendo la delicada piel, a punto de arder debido a todo el conjunto de emociones liberadas de mi interior. Estos angelicales susurros de perfección han roto el poderoso candado del escondido baúl de sensaciones censuradas por la dictadura de inmoralidad y fanatismo científico.
Ahora, las poderosas notas de la cuerda se deslizan suavemente sobre el removido colchón de los bajos, que mece la melodía como la hamaca de una anciana en una calurosa puesta de sol de verano. Sus trazos limpios recuerdan al primer vuelo de una mariposa tras la eclosión de su protección, que experimenta por primera vez el calor del sol en sus alas. Las variaciones dinámicas de los clarinetes, emprendedores de la nueva sinfonía de la libertad, otorgan el grado exacto de solemnidad que requiere el momento. Sujetados por las trompetas, que en una octava superior realizan adornadas variaciones sobre su melodioso canto, se mandan cumplidos con las flautas y las trompas que flirtean con respuestas animadas es incluso divertidas, burlándose de mi dolor. 
Boca arriba, tumbado en el suelo, jadeando y con palpitaciones de dolor en el pecho, trato de conservar lo poco de mi ser que queda en pie. Toda la maldad, el egoísmo y el odio son expulsados fuera. Salen volando llevados por los sonidos, que como pequeños cirujanos, se encargan de alejarlos de mí en un catastrófico, largo y doloroso proceso. Los recuerdos que invaden mi mente aprisa, infestándolo todo con el perfume de las flores de los campos de la nostalgia. Las recién abrillantadas imágenes de otros tiempos de pasean ahora a sus anchas por mi cabeza, desatando los hilos de fiereza y rencor que sostienen el gran puente de inseguridad.
En estos momentos, una bella y valiente sinfonía ha invadido la sala. Que ingenuo fui al pensar que tal vez en algún momento podría dejar de escuchar estas melodías del pasado. Con un rugido atronador, los graves de las cuerdas toman las riendas de la situación e inician la ofensiva, apoyados por el resto de músicos de magia, que con sus adornos y pequeños motivos animan a que la fase final sea rápida y sin piedad.
Mis oídos se quejan de este volumen, que sin piedad continua en crescendo. Nauseas, dolores. Me acurruco en el centro de la estancia, como el ovillo de lana de la anciana ciega que lo ve todo. Lo peor de todo es que, a pesar del sufrimiento, comienzo a pensar que esta tortura es merecida.
Todas aquellas veces en las que no sentimos nada, todas las canciones desperdiciadas, todas las voces menospreciadas, hicieron que en lo más hondo de nosotros surgiesen el odio, el rencor, la envidia y el egoísmo, que estos cirujanos del alma tratan de extirpar utilizando sus sádicos instrumentos con presteza.
El tremendo volumen, la precisión cercana a la perfección y la originalidad de esto que me rodea atrae a seres tan mágicos como los sonidos que surgen con el roce de las cuerdas con el arco, del viento a través de la madera y del metal: las hadas, las ninfas y las musas hacen acto de presencia, revoloteando y danzando mientras flotan al son de la música. Parecen ser el último argumento que tiene mi captor, Morfeo, para convencerme de que la batalla la ha ganado él. Ahora ya no importa si perezco en la operación, pues si de veras mi corazón merece seguir con vida, resistirá, y nacerá en mi interior, de las cenizas del fénix de la inspiración encarcelada, una nueva ave más fuerte y poderosa contra la magia de los sueños.
Silencio. Un corte súbito en el espectáculo hace que todo desaparezca de repente. No hay rastro de nada, ni quiera el eco del grito de furia de la música. Todo queda reducido a sombras negras que se difunden en la palidez del suelo, retratando la realidad efímera de los sentimientos que nos acompañan todos los días. Cierro los ojos y aun puedo ver las palabras escondidas entre todas aquellas notas, entre los acordes de la resurrección de la felicidad. 
Con el rostro inexpresivo y el cuerpo congelado, me quedo inmóvil en la inmensidad ahora vacía, esperando a que el sueño venga para despertar.
“Nunca subestimes el poder de una canción.”

martes, 23 de octubre de 2012

El trazo del pincel del destino se ha cruzado en mi camino.

"Estar despierto en las noches mas cansadas del invierno de la vida.
Llover mentiras sobre en lago de la amistad iluminado por el arco iris de los sueños.
Entonar melodías de tristeza en el colchón de contrabajos de la sinfonía de la vida.
Susurrar conocidos versos en místicas lenguas a su oído, acariciando la fría y aterciopelada piel de la soledad.
Contemplar el deslizar de las manecillas del reloj de la aventura, apresurando los últimos instantes de pensamiento bajo el cálido techo de protección soñado.
Centellas de realidad que atraviesan la habitación fugazmente y que son toda la guía posible para esta vida."
Todas estas y mas apasionantes sensaciones, pasiones y emociones en la obra de tu vida en el teatro del mundo.

lunes, 1 de octubre de 2012

Jardines de pensamiento


Corría desilusionada por los campos de amapolas que rodean la pequeña casita de campo en mitad de la nada en la que había pasado los últimos 18  años de su vida, dejando tras de si rastros de su ondeante cabello dorado. Como huyendo de las fieras del oscuro bosque que desde el infinito retorno sus ancestros le habían enseñado a temer, tanto de día como en pesadillas, subió las escalerillas de madera de arce recién pintadas de blanco por su abuela, que probablemente se encontraría en el patio trasero tomando su habitual bebida de limón mientras contemplaba la puesta de sol. Pero aquel día había sido tan apabullante que cayó en un profundo sueño, del que ni siquiera el golpe con el que su nieta abrió la puerta de la entrada principal la despertó. No era a las cosas del bosque a las que tenía miedo, sino a las de su interior.

Tras el portazo y cuando no hacía más de un instante que había atravesado la puerta, la pobre muchacha quedo parada en seco, suspendida en el aire una centésima de segundo, el tiempo equivalente al de una orquesta para dar la última nota de una gran sinfonía. Y tras ese bello instante de grandeza en el que sus preciosos ojos azul cobalto pudieron contemplar las luces de hadas de que se reflejaban a través de la vidriera de cristal de la sala, mostrando el gran baile de seres mágicos que hay en cada momento de la existencia y que muy pocos ven, derrumbase la muchacha inconsciente en el inexpugnable abismo que se había formado de pronto ante ella, y únicamente dejo tras de si el rastro de las lagrimas derramadas durante su relativamente corta existencia y sus puros ropajes, que por muy castos que hayan permanecido, nunca podrían atravesar la barrera que separa el mundo del universo de la fantasía y de los sueños.
En la linde del bosque, una pálida sombra enmudeció al escuchar, con su agudo oído, la imperceptible exhalación de vida que había emanado de la chica en aquel instante. De modo, que tras tales acontecimientos, optó por correr, huir y desaparecer del mundo. Cual rayo partió a la luz de aquel sonriente cielo nocturno, símbolo de maldad e injusticia que el universo anti paralelo de la felicidad y la armonía ejerce sobre las desdichadas vidas de los habitantes de la aldea del desamparo.
Tenaz, fugaz, clavando sus patas en la tierra por fracciones de segundo se dirigía al lugar más sagrado de su hábitat que conocía, el lago de las animas enclaustradas. A pesar de este peculiar nombre, por el cual los mortales no eran muy propicios a acercarse a las aguas de esta fuente de conocimiento, aquel lago era un santuario. La mayoría de entes que habitaban aquellas tierras desconocían, o pretendían desconocer su cometido en aquel inhóspito lugar, dirigiendo sus vidas, al tedio, a la rutina, al basto hastío que produce sentarse a mirar una caja en la que representan ideales sobre lo que ellos jamás lucharían por alcanzar.
Llego al claro que se abría frente a las aguas, y saludo a la luna como sus antepasados habrían hecho en tan marcada ocasión, porque no todos los días se forja una estrella, una estrella de valor, honestidad, inocencia, una estrella muy brillante, más brillante que el mismísimo mercurio, que el sol de los inmortales. La luna, centro especial de la comunicación del individuo con el yo y que tantas reflexiones a estrafalarias horas había provocado a los bohemios pensadores que se habían dejado caer en aquel Infierno, y a los que las criaturas mágicas debían rescatar de aquel mar de incultura.
Las semicorcheas se apretujaban en el compás del momento para contemplar el ritual que el fauno debía ofrecer a los astros para que estos iluminaran con su sonrisa el punto exacto del alma de la muchacha, ahora en el limbo de la vida y lo que no es vida. Y es que lo que es distinto a la vida, es no vida, obviamente, pero no muerte. La muerte solo existe para los pobres mortales que se empeñan en que su paso por la tierra, la huella marcada que todos dejamos al nacer, quede tapada por las cenizas del tiempo. Los sueños soñados de aquellas mentes menos despiertas quedaran congelados en el aire espacial para que el suave impulso del vals del tiempo los arrastre a las cascadas del límite de la existencia y finalmente se pierdan.
Posándose sobre los nenúfares del lago como si de una pluma se tratase avanzo hasta el centro de la laguna, acercándose lentamente a la rosa del centro. Una rosa, flotante, del mismo color que el de los ojos de la muchacha, cuya figura se veía resaltada por las plateadas aguas de la noche sobre las que descansaba. Apoyada en una especie de cántaro que flotaba en el agua, rebosaba una energía, que atraía con su silencioso canto a todas las bellas criaturas del bosque, que como en procesión, habían rodeado la laguna y habían dejado al fauno en mitad del estanque bajo la atenta mirada del cielo.
Con sus afiladas y desgarradoras manos, el fauno tomo la rosa con una delicadeza extrema, y la rodeo con uno de los rubios largos y lacios cabellos , que la joven había dejado en un arbusto mientras escapaba de aquella batalla consigo misma en el interior de la espesura de la memoria. Al contacto, comenzó a liberarse la fragancia de las musas, inspiradora para cualquiera, y la rosa se elevo lentamente al canto de las hadas de la vidriera de cristal, hasta perderse en la oscuridad de la noche, dejando solo visible, el profundo destello que al contacto emitía el dorado cabello. Al final se posó en la inmensidad del cielo, y allí reposo durante la eternidad, para contemplación de todas aquellas almas necesitadas de un poco de inspiración en el infierno humano en el que se plantean vivir muchos día a día.

viernes, 21 de septiembre de 2012

It's a hard life.


Derramaba sonrisas en una cascada de brillantes y acorazados sentimientos. Sentimientos encerrados en aquella caja de metal, forjada tras el paso del tiempo por los oscuros seres de la soledad, que remachaban una pieza mas fuerte que la anterior a cada día que pasaba.
Recogía lagrimas en su canasto como si de flores para su abuela se tratasen, regurgitando el miedo, la aprensión, la locura, en forma de colores y valientes sinfonías.
Se derrumbaba poco a poco, de pies a cabeza, dejando el botón de OFF de su cerebro en ultimo lugar.
Pero si todo aquello que hacia lo hacia por las personas que queria, no tenia ningun problema en vivir asi, aunque fuese por un corto periodo de tiempo...
"La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes."

lunes, 20 de agosto de 2012

Rêves de Lumière

Aquella noche en principio poco prometedora viajaba escandalosamente rápido a la cumbre de la motivación. A pesar de la tormenta que se acercaba al oscuro y solitario paseo que bordeaba el río, la sonrisa de su cara era inborrable. Ni las deidades de la noche podrian provocar algo tan espantoso que la hiciese desaparecer.
Relámpago. Aquel atardecer habia sido magnífico, y mientras hablaban, la luna habia hecho su aparición por detras de los edificios, obra del poderio y prepotencia humanos. El indomable viento del pueblo arrastro  hasta sus oídos el sonido de las campanadas de media noche. Era una de esas calurosas noches de verano en las que los sueños viajaban a su antojo eligiendo las mentes mas despiertas para posarse e ingeniar nuevas obras de arte, nuevos relatos, nuevas invenciones que facilitasen la vida a la especie dominante de aquel planeta escondido en lo mas recóndito del universo.
Trueno. Caminando de lado a lado del paseo, como llevaba haciendo desde que la melodía del telefono había interrumpido su meditación, podría pasar horas hablando con aquellos seres únicos que designaba con la palabra "amigos". Lo increíblemente reconfortante que podían ser esas llamadas en tiempos de incertidumbre emocional hacían que volviese a tener fe en la capacidad del ser humano para resolver misterios inmateriales.
Rayo. El viento comenzó a tejer la dulce y relajante melodía del susurro de los árboles. El canto de los grillos adormecía sus pensamientos y guiaba sus pasos al compás del mismo. En solitario. Como siempre. Era una buena forma de abstraerse del gran teatro del mundo. Si, teatro, porque al fin y al cabo que es el mundo sino un gran escenario donde cada actor-persona interpreta su papel lo mejor que puede antes de que el apuntador le indique la puerta de salida.
Luna. Si no fuera por la belleza de esa gran obra de teatro llamada vida, muchos optarían por abandonar el papel y quitarse la máscara bajo la cual su verdadera identidad queda oculta, al menos a priori, pues el arte de conocer a una persona verdadera por dentro consiste en activar los resortes que permiten apartar esa falsa cortina de humo y dejan a la vista el alma desnuda de ese ínfimo habitante de la historia del universo.
Oscuridad. Pero la mascara no es en absoluto fácil de arrancar, y la dureza con la que nos suele tratar el director de obra de la vida, hace que muchos otros opten por una opción mucho mas utópica, perfecta, pero, en realidad, menos real, dependiendo, claro está, de que consideremos la verdadera realidad.
Sueños. Por supuesto hablo de los soñadores. Esa gente que parece caminar despistada por todas partes, que solo presta atención a las curiosidades y que incluso, elabora teorías sobre múltiples indagaciones que solo los extravagantes se atreverían a formular. Esos seres que dejan que su loco interior tome las riendas de la obra y acabe con todo indicio de pragmatismo en sus mentes. Esos fantásticos seres que desafían las leyes de la ciencia constantemente. Esos geniales seres que con su grandilocuencia son capaces de ocultar el mar de dudas sobre la existencia en el que navegan al amparo de sus bohemias y en ocasiones tergiversadas mentes.
Luz. El entresijo de luces y sombras que componen la realidad es un ejemplo del entramado neuronal incrustado en los cráneos de todo ser humano. Cuenta la leyenda que cuando una neurona pasa de una zona de sombra a otra de luz en el caos encefálico, una nueva idea ilumina la mente humana, que si esta suficientemente despierta, analizará e intentará resolver para encontrar solución a un nuevo misterio de la vida.
Dudas. Océanos. Amor. Inseguridad. Caos. Reflexión. 
Todos los elementos que conforman nuestro alrededor parecen estar cada día mas interconectados y tener más significado. Pero es inevitable preguntarse si no estaremos viviendo un sueño. Un sueño eterno, y que nuestra existencia no sea ni siquiera una mota de polvo, ni siquiera la sombra de esa mota de polvo. Que no seamos nada. Lo cual no significa que los sentimientos no puedan ser reales para nosotros. Si sentir amor, odio, injusticia, aversión, placer o desconfianza es producto de la irrealidad, del sueño, permitidme que me convierta en un permanente soñador. Porque si vivir en mi mundo, es vivir en un sueño, también podría argumentar que vivir en el mundo real es otro sueño aun peor.
Y prefiero cumplir los sueños propios que los sueños de este mundo malversado por el dinero, la codicia, el egoísmo y la malos propósitos, que provienen de detractores de los sueños. La importancia de estos sueños es tal que la perdida de estas fantasías provoca efectos desastrosos sobre el afectado, desangrando su alma soñadora y simpatía natural, que queda enfrentada al mundo natural. Mas no temáis, pues aquestos daños pueden ser reparados por el poderoso poder de la magia soñadora, que reside en aquellos que creen de todo corazón en el poder de la imaginación, de los sueños y de la música.  Ese poder es llamado "amor al alma".

"Cuando nuestros sueños se han cumplido es cuando comprendemos la riqueza de nuestra imaginación y la pobreza de la realidad." Ninon de Lenclos, Cortesana francesa.


"¡Qué poco cuesta construir castillos en el aire y qué cara es su destrucción!" Fraçois Mauriac, Escritor francés

martes, 7 de agosto de 2012

Episteme.

El agudo pitido y el humo que provenían de la chimenea de piedra indicaban que su té ya estaba listo. Atabiado con su  ropa mas oscura, bebió el té a prisa, evitando quemarse las heridas de la comisura de los labios, y sin fregar la pequeña y frágil taza cogió su larga gabardina negra y marchó apurado, dejando la pequeña estufa de carbón encendida. Las campanadas del reloj de la alta y esbelta torre de la catedral daban las 6. Los repiques no sonaban alegres como el canto de los pájaros, sino que tenían un sonido quedo y mustio, el suficiente como para avisar a los viandantes de que otra hora más pasaba en aquel valle de lágrimas. A pesar de la hora, la ciudad parecía sumida ya en las sombras de la noche. Aquel suntuoso edificio, diseñado por genios de la arquitectura en tiempos en los que la fe en la humanidad se erigía en la alta pirámide del racionalismo recién nacida, era el epicentro de la tragedia. Un triste funeral acongojaba a las cientos de familias de los mineros fallecidos en el fusilamiento. Ya era el cuarto gran fusilamiento de la ciudad en los pocos meses de guerra, que había dejado demasiados sueños y corazones rotos en aquel frío invierno.
Clavados en afiladas estacas, los sentimientos habían sido asesinados uno a uno, delante de todos, y varias veces. Los sentimientos en personas habían sido condenados con cadena perpetua ,y el amor con la muerte.  Solo se premiaba el placer. Los jóvenes habían sido obligados a desaprender las palabras libertad, amor, sentir, ciencia, abrazos, querer, derechos, investigar, saber, conocimiento... Y habían sido obligados a aprender otras muchas como deber, obligaciones, ejercito, militares, patria, lealtad, fidelidad....
La nueva dictadura impuesta tras la publica ejecución del anterior alcalde, promotor de la cultura y el bienestar, había sumido al pueblo en la miseria. Pero no solo en la miseria material, sino cultural, social e ideológica, lo que es aun mas triste.Se había decretado el cierre de escuelas, bibliotecas, la universidad había sido demolida, miles de libros, grabaciones y filmes quemados en la plaza, las murallas se habían reconstruido y las armas eran el nuevo dios al que debería adorar la sociedad. Planetarios, salas de conferencias, patios culturales, auditorios, el conservatorio, y los diversos teatros eran ahora polvorines y armerías custodiadas por militares. Los ilustrados que se habían resistido a abandonar su vida habían sido fusilados al instante, ante los ojos de cualquiera que pasase por aquel desgraciado lugar, al tiempo que se alegaba la salvación de la nación con aquellos fatidicos actos. 
Caminaba presuroso por las resbaladizas y tenebrosas calles, esquivando a los agentes y militares a toda costa, una ardua tarea, porque estaban por casi todas partes. Milagrosamente llegó sano y salvo al local clandestino, aunque impregnado en sudor por el subidón de adrenalina. 
El local era pequeño, estaba húmedo y la única fuente de luz eran las diversas velas dispersas por la habitación. El único mobiliario eran una grandes estanterías abarrotadas de libros como si hubiesen sido apilados a toda prisa, y una gran mesa redonda con unos pintorescos personajes que estaban sentados al rededor de ella. Ancianos y jóvenes, altos y bajos, delgados y gordos, para entrar en aquel lugar solo había un requisito: defender la cultura y la educación por encima de todo. Algunos aun conservaban en el rostro el reflejo de la peligrosa huida hacia aquel nefasto exilio interior. Algunos tenían moratones, huesos rotos y heridas que un medico debería examinar con urgencia, pero la causa que estaban defendiendo paliaba todos los dolores. Todos sabían que un pueblo sin cultura es un pueblo manejable. 
A pesar de todas las atrocidades cometidas por los salvajes soldados del ejercito de la decadencia y de todos los lugares destruidos por aquellos insensatos habían conseguido salvar unos pocos resquicios que escondían en siete locales de ese tipo repartidos por toda la ciudad. Estaban claramente en desventaja, pero sabían que jugaban con una gran carta, y es que lo que pretendían arrebatarles, sus conocimientos, sus derechos, su cultura, no era algo solo material, recogido en libros o en instrumentos, sino que la esencia de todo aquello residía en las personas, y gracias a los azares del destino, no todo el mundo en aquella sociedad había abandonado esa esencia a su suerte.
Llegados al punto en que una parte importante de la sociedad no valora la cultura ni el conocimiento de ningún tipo, ni musical, ni literario, ni artístico, ni científica, ni incluso religioso, parece el momento de plantearse qué es lo que falla en la educación de esos pobres desdichados, que no saben que es el placer de escuchar una canción preciosa por primera vez, de leer una novela fantástica, de descubrir cosas acerca del mundo que nos rodea, de descubrir nuevas formas de plantearse la existencia, de explorar para descubrir los horizontes del conocimiento humano.
Esos pobres infelices, que comparten mas cosas con los animales que con el pensamiento humano, se verán superados por todos los motivos anteriores, que ellos, orgullosos de su ignorancia, se niegan a experimentar y optará por utilizar su única alianza, la fuerza. Pero la fuerza solo diezma, no destruye el conocimiento. Y si acaban con todos aquellos que valoran cualquier atisbo de cultura mediante las armas, sus diosas, construirán el mundo más pobre que jamás podría existir. Pues un pueblo sin cultura esta vacío y su existencia carece sentido. Y una cultura basada en la ignorancia, no es cultura, pues la cultura requiere conocimiento. Si nos vemos destruidos por este espantoso modo de vida, creo que podemos afirmar por fin, que la esencia humana ha perecido a lo largo de la historia.
" Todo sistema guarda en sí mismo el germen de la autodestrucción." Karl Marx

lunes, 30 de julio de 2012

Dreaming is difficult

Corría como alma que lleva el viento por las destartaladas calles de sus sueños. Huía presa del pánico de todo aquello que su interior le había ocultado, o no. Quizás fue él el que cegado por la afamada duda dejo que sus dedos perfumados con mentira le vendasen los ojos con las cintas de la hipocresía.
El ocaso daba paso a las sombras que lo destruyen todo a su paso, consumiendo todo rastro de alegría, paz o amor. Dejando todo mustio, seco, árido, tan solo los afilados y negros escombros de lo que antes era el gran castillo de la esperanza. Su mejor sueño se había convertido en su peor pesadilla. Emprendió la gran aventura con ilusión y alegría soñando constantemente bajo la atenta mirada de los dioses, que riéndose de su pobre ignorancia al conocer el fatum, lo sumieron en la burbuja de cristal de bohemia que rodea a los soñadores.
La brisa de la muerte bañaba aquel desolado paraje por el que tempestuoso como el viento de tormenta huía nuestro personaje, escapando de las llamas de los malignos, que guardan la avaricia, el egoísmo y las ansias de si mismo que siempre habían sido atribuidas a su ser.
Correr podría ser una opción si estuviese escapando de aquel inhóspito mundo infernal, lleno de animas en pena, pero no servía de nada, porque de quien trataba de escapar era de si mismo. Todo su universo de terror no era mas que una fantasmagórica representación de su interior. Dividir su corazón había resultado ser el mayor error de su vida y los intentos por reunificarlo había sido en vano. Los gritos, llantos, llamaradas de sentimientos que surgieron aquella fatídica noche de verano habían sido algo más que un sueño. 
La nostalgia sufrida los meses anteriores fue remediada por aquella explosión nocturna, como fuegos artificiales, fugaz,  ya que luego se desvaneció de nuevo sin dejar rastro... Otra vez la había perdido. No estaba preparado. Su capacidad para formar ilusiones en un momento era lo que más odiaba. Y ya que no podía vivir con los pies en el suelo, decidió vivir dando volteretas. 
Abrió los ojos y se dispuso a abandonar los sueños para siempre. Un noctambulo en toda regla. Con dudas infinitas. Bailando al son de la música del averno y la mentira, pues pensó que esa sería la solución a  sus problemas. No sabía que estaba cometiendo el mayor error que podía hacer. Dejar de soñar no era la opción, no luchar por los sueños jamás ha sido una opción, sino que es una derrota. Pues la imaginación permite volar distancias increíbles y nos transporta junto a quien queramos. porque como él a veces soñaba, nadie había soñado con ella.
Luz y oscuridad se funden en batalla, y la disputa por su corazón, recién abierta y aun con el aroma de la inocencia, parecía ser eterna.

viernes, 13 de julio de 2012

Capitulo 2: Sueños

(Retroceso temporal)


La sabana blanca colgada de aquella cuerda atada a ninguna parte volvía a arder en los sueños de la anciana. El fuego la impregnaba como si esta fuese inflamable, pero la sabana no se consumía en absoluto, sino que seguía con cada matiz de pureza allí colgada. Parecía magia, pero aquella situación solo podría haber sido provocada por la magia oscura, de modo que, incitada por su sabia experiencia, la anciana se apresuro a escapar de aquel lugar. Corría por la calle, presta a pesar de su edad, huía de un inminente peligro que acechaba en algún rincón de su universo, que en aquel momento ella creía real. De pronto todo comenzó a  arder y las calles se convirtieron en un horno capaz de asar viva a la pobre mujer, que viró bruscamente de dirección para salir de aquel infierno, pero al doblar una esquina para alcanzar la calle que conducía a la calle de salida de la aldea, resbaló y callo al suelo. Notaba el liquido caliente que brotaba de su rodilla, y las inmensas punzadas de dolor que sentía en el codo indicaban que probablemente este se hubiese roto a causa de la caída. En aquel momento, la anciana, apunto de desfallecer, se percató que el calor desaparecía. Es mas, la temperatura descendía precipitadamente hasta alcanzar los gélidos valores del invierno de Siberia. La oscuridad lo invadió todo y las afiladas y congeladas garras de la muerte apresaron ala anciana llevándosela con ella hasta el mundo de los no muertos. Silencio.
Una vez más, el sueño despertó a la anciana entre fríos sudores y alaridos sordos debido a su antigua garganta. A pesar de ello, su  hija acudió rápidamente a la habitación ataviada con su vieja bata azul descosida por el paso de los años para comprobar que era aquello que desvelaba a su madre. Entro en la habitación y encontró a su madre acurrucada en una esquina de la cama. Entro y con precaución se acercó a ella y trató de consolarla entre sollozos. 
- ¿Otra vez ese sueño, madre?
- Cada vez se hace más fuerte, ocurrirá pronto hija...
- Descanse madre. Mañana debemos hacer muchas tareas.
- Ten cuidado
- Descuide, seré precavida. Se alejó en dirección a la puerta cuando su madre la volvió a llamar.
- Mary, cierra tu ventana, los malos espíritus que rondan por mis sueños podrían entrar en esta casa y maldecirnos...
- Lo haré en seguida madre, usted descanse. Y se alejo con pasos sordos para no molestar a los demás habitantes de la casa. Se acostó de nuevo en la cama que había en su pequeña alcoba y de nuevo se sumió en el mundo de los sueños olvidándose por completo de la advertencia de su madre. Una vez mas creyó que la voz de los ancianos es inútil.
Aquella mañana de diciembre el sol hizo su aparición por el lugar esperado en el momento esperado. Un día más comenzaba en la aldea. Los panaderos abrían las ventanas dejando escapar el tierno olor a pan recién hecho que atraería a los primeros clientes de la mañana. Los pescadores, que habían salido cuando aun era de noche a la mar, regresaban con un grandioso botín de marisco. Había sido un buen día de faena en aquellas aguas a veces tranquilas y otras veces tempestuosas como la ira de los antiguos titanes. Los pastores aprestaban a sus rebaños por el sendero que conducía hacia los pastos de las montañas y los carros de los comerciantes comenzaban a partir en dirección a la ciudad. Era dia de mercado, el dia en el que los pequeños artesanos, ganaderos y agricultores de las aldeas que rodeaban la ciudad en la que se encontraba la mansión del Duque, marchaban hasta ella para vender sus productos a las gentes que habitan aquel lugar. La comarca era pequeña, y se organizaba entorno a la ciudad, en la que se encontraba la mansión del Duque.
La familia de Mary tenia una pequeña tienda de arreglos de costura, en la que ademas vendían los vestidos que ellas mismas confeccionaban y telas, algunas caseras y otras compradas a otros comerciantes. gracias a los pocos ingresos que les producía el negocio podían mantener a la familia, y conseguir algo que llevarse a la boca antes de irse a dormir. Robert, el cabeza de familia, era un astuto cazador desprestigiado en casi toda la comarca por la envidia del resto de cazadores. Su pericia con las armas lo habían convertido desde los dieciocho años en el mejor cazador de la zona, pero su talento fue desechado por la sociedad y tuvo que resignarse a cazar si que lo viesen, escondiéndose, para proporcionar algo de alimento de alimento a su familia y no sentirse tan solo como en sus noches de taberna. Debido a su marginación, Robert cayó en unos graves problemas de alcoholismo que casi terminan con su vida en unas cuantas ocasiones, pero tras conocer a Mary, sus problemas de adicción a la bebida disminuyeron notablemente, aunque en su rostro y su apariencia siempre quedará el rastro de aquel joven borracho. Sus marcadas ojeras contrastaban con sus ojos verdes como esmeraldas. Había dejado crecer su pelo y una frondosa barba color negro azabache, bajo los que se vislumbraban los restos de una época de esplendor en que aquel cuerpo había sido de un apuesto joven con un gran corazón.
Mary, cuya figura ya estaba algo desgastada por los años, también conservaba el reflejo de una belleza pasada que al parecer había sido insuperable. Sus rubios cabellos con alguna u otra cana estaban ahora recogidos en un mustio moño, pero antaño habían estado sueltos al viento brillando incluso mas que el mismísimo sol, que se reflejaba en sus ojos azules como el cielo, que parecía despejarse a su paso. Sus afiladas facciones reflejaban la seriedad en su rostro, debido a  una vida dificil, pero tambien eran capaces de rebelar una ternura maternal que pocas madres consiguen transmitir a sus hijos. Provenía de una humilde familia de la aldea y para ayudar en su hogar, al ser la mayor de sus hermanos, se vio obligada a dejar la escuela a los 13 años y a trabajar en diversos lugares, uno de ellos la taberna, lugar en el que conoció a Robert cuando ella ya tenia 17 años. Era una mujer muy precavida y que confiaba muy poco en los demás. El único en quien confiaba plenamente era su marido.
Robert y Mary tenían dos hijos, Clarie y Ron de 16 y 12 años respectivamente. En cuanto a Clarie se podría decir que es el vivo reflejo de la juventud de su madre, solo que con los ojos de su padre, verdes relucientes junto con la rubia cabellera de su madre. Colaboraba ayudando a su madre con el comercio de costura en todo lo que podía y tras años de practica había conseguido una portentosa habilidad con la aguja, a pesar de poder compaginar los estudios con su vida de costurera. Ron era un joven algo bajito para su edad, con el oscuro pelo que provenía de su padre y los ojos de su madre. Le encantaba curiosear todo lo que podía y más y había heredado el corazón de su padre. A pesar de su pequeña edad le encantaba ayudar en todo lo podía y había heredado ademas el carácter soñador e imaginativo que los antepasados de la familia poseían y cuyos restos habían ido a parar a la anciana de la casa, la madre de Mary, Angela.
Aquel día, Mary y Clarie se dirijieron a la ciudad ayudados por Ron, que ese día no tenia escuela, para vender sus trajes y telas a los habitantes de aquel lugar. Tras la larga hora de viaje en su pequeño carro, llegaron al corazón de la ciudad y se encontraron con mucho más revuelo del habitual. Un agente de seguridad estaba dando unos avisos de especial importancia, y toda la plaza escuchaba con atención.

To Be Continued...

lunes, 2 de julio de 2012

Capitulo 1: Escucha, es importante.

La mirada funesta atravesaba la sala iluminada por las incandescentes llamas de la esperanza. Los rayos de sol que atravesaban la ventana en aquella mañana de Febrero daban un tierno toque dorado al mobiliario de madera de roble con el que estaba construida toda ella, paredes incluidas. Los ojos de la muchacha, cuya mirada era afilada reflejaron con un destello instantáneo la afilada mirada de sus esmeraldas. Había permanecido toda la noche con la ventana abierta, dejando entrar algunos copones de nieve de la ventisca que asolaba la ciudad por cuarto día consecutivo. Sentada en su cama, ataviada con las ropas de gala con las que había llegado de aquella fiesta macabra que había tenido lugar la pasada noche en la mansión del Duque. 
La famosa fiesta había sido anunciada por toda la comarca y había sido el tema de cotilleo, murmuraciones y rumoreo durante los dos meses anteriores. Al parecer, toda la aristocracia de la nacion había sido invitada al evento, y eran frecuentes los paseos del Duque en su carruaje por el pueblo para escoger a las campesinas mas hermosas mas bellas para que lo acompañasen en la velada, a pesar de no pertenecer a una clase social elevada. Todo aquello podía parecer muy bonito pero solo generaba desprecio, envidia y odio en los vecindarios de los pueblo. 
Las familias de las invitadas a la mansión estaban extasiadas y despilfarraban comprando ajuares y vestidos de gala. Pero al mismo tiempo, las mas ancianas de la familia, las matriarcas de la familia a las que ya nadie hacia caso y que permanecían en silencio tejiendo con los hilos mas desgastados en su esquina, despertaron de su letargo para tratar de alertar a los demás sobre la desgracia que había caído sobre la familia de las elegidas. este temor despertado por la salida del duque de su mansión se debe alas viejas leyendas, con trazos de verdad y pinceladas de misterio acrecentadas por los rumores de los antepasados, que hacían que la población campesina de la zona mantuviese una actitud temerosa hacia el mundo de la mansión. 
"Cuenta la leyenda que en tiempo antiguos, cuando en la cabeza de los poderosos solo había pelo y nada mas, y los pobre se conformaban con esperar la muerte con resignación. Debían agradecer al Duque que les cediese las tierras que cultivaban y el tener un mendrugo de pan mojado que llevarse a la boca. El día de nochebuena, un pelotón carruajes negros salio de la mansión y se dirigieron a las casas de los aristócratas mas importantes de la comarca, portando una invitación para la fiesta del 21 de Febrero, día en el que se cuenta que la familia del Duque se hizo con la fastuosa mansión que habita hasta la actualidad de esta historia el Duque. Días después, la ultima noche del año, otro cargamento de carruajes, esta vez blancos partieron desde la mansión hacia diferentes puntos de la comarca para mandar nuevas invitaciones a la fiesta, pero esta vez las agraciadas eran las jóvenes mas hermosas de cada aldea. tras los mucho elogios a las familias y los preparativos dispuestos para la ocasión, llego la fecha de la fiesta. En año de 1789, cuando la fiesta del Duque transcurría con total normalidad, los músicos dejaron de tocar y una risa macabra se apodero de todos los asistentes y estos, como poseídos por diferentes demonios empezaron a asestarse puñaladas y a matarse unos a otros, convirtiendo la fiesta en un autentico baño de sangre. El Duque, quien se libro de tales espíritus malignos, consiguió escapar por la ventana de uno de los múltiples salones hasta refugiare entre los bosques de su propiedad." Desde aquella noche, el Duque decidió permanecer encerrado sin ver a nadie a excepción de su mujer, que durante el fatal accidente estaba de viaje en Austria, y pudo reencontrarse con su esposo y formar una familia en aquel hogar visitado por los hijos de Satán. Cuando el Duque murió, su hijo le sucedió, y lo mismo ocurrió hasta llegar al actual Duque, Sir James Mightnot. La mansión no ha sido visitada desde entonces por nadie a excepción de familiares y amigos muy íntimos del Duque.
A veces no esta demás escuchar lo que nuestros ancianos tienen que decirnos.

miércoles, 20 de junio de 2012

Mamma Mia!

Buenos momentos, bueno, al menos espero que sean buenos estos momentos en los que os detenéis a mirar esta desconocida pagina. Ver las ultimas novedades de lo que oculte en el mundo es una buena manera de pinchar el efusivo globo de felicidad que cada nuevo día suele traer a nosotros... TODO son cosas negativas: ver como  el planeta esa siendo destruido a pasos agigantados por unos pocos a quienes solo importa el dinero, presenciar como unos seres humanos maltratan, violan o incluso se arrebatan la vida entre si por odio, envidia, "justicia", razón y la mayoría de las veces, dinero; escuchar como la negra sombra del conflicto se cierne sobre nosotros... En ningún lugar conocido veo que den importancia a las pequeñas y maravillosas cosas de la vida: "Hoy han florecido 300.000 flores en todo el mundo.", "Hoy, 50.000 han aprendido a decir sus primeras palabras.", "Hoy, 70.000 personas de todo el mundo se han enamorado.", "Hoy, 63.000 personas han superado un cáncer.". 
Estos son algunos ejemplos de titulares que harían sonreír al mundo, porque producir una sonrisa sincera en el rostro de una persona vale muchísimo mas que todo el dinero que se pueda conseguir talando el amazonas. La felicidad favorece la originalidad. Enfrentarnos a situaciones desastrosas, como la economía en estos momentos, puede resultar mas favorable si se hace con un gran espíritu positivo. Incluso los saberes científicos están impregnados de subjetividad. No es lo mismo ver un ocho al derecho que tumbado... El ser humano tiende a buscar la felicidad en aquello de lo que carece, por ello, una buena dosis de alegría puede provocar una hipertensión de emociones positivas, que conduzcan a una enagenación de bondad permanente, ideal para luchar contra los monstruosos  senderos de la vida.
Pero valorar estas pequeñas cosas de la vida no significa olvidarse de los problemas reales, sino enfrentarse a ellos de forma mas positiva para que estos no inunden de tristeza nuestro ser... Si no hay dinero, habrá que ahorrar, y que no te puedas comprar el ultimo iPod no significa que no puedas ser feliz. A lo mejor leerle a tu abuelo o jugar con tu primo pequeño te hace mucho mas feliz que tener mas de 2000 canciones en un solo aparatito, por el que tus padres se iban a dejar una gran parte de su sueldo.
En definitiva, piensa que la verdadera alegría, la que permanece en el recuerdo, generando una impresión a partir de otra idea (que Hume estoy hecho), proviene de las relaciones humanas con los seres queridos que nos rodean, y que a veces por desgracia, el destino pone tan lejos de nosotros...

martes, 19 de junio de 2012

Pequeña introducción al orden.

Vista desde fuera, la vida de una persona del sigo XXI puede parecer estresante, e incluso caótica, pero en el fondo esta todo perfectamente dispuesto, ya sea por el fatum, por las leyes mecanicistas que rigen los cuerpos materiales o por las reacciones biológicas que tienen lugar en nuestro cerebro, que condicionan la toma de decisiones.