miércoles, 30 de julio de 2014

Nada

Es escalofríante como puede cambiarte la vida en un momento. Como ese instante en que dos personas cruzan sus miradas y quedan petrificados, conectados por las pupilas, se convierte en un universo infinito en el que el mundo entero deja de girar y todo se  ilumina, los colores se avivan y ese fuego incandescente del pecho aviva su llama hasta alcanzar el tímido destello que pone de nuevo en marcha la actividad de lo trivial del mundo. 

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