martes, 30 de abril de 2013

Aparición

Me fui como un fantasma y volví recordando lo vivido. Volver a veces está bien, otras está mal, y otras debería de estar prohibido. Pero es como un vicio para los fantasmas, así que para uno que tienen no deberíamos quitárselo  Pobres criaturas... ¡¿Es que nadie piensa en los fantasmas?! A veces me da la sensación de que no. Son unos incomprendidos. Se pasan la eternidad recordando lo que hicieron, el daño y el placer que ocasionaron, las risas y las lágrimas que desataron y no les queda otra que contemplar las jaulas vacías de todos los sentimientos que se les escaparon.
Pobres fantasmas... Tiene que ser duro, eso de no poder hacer cosas nuevas digo. Intentar tirarlo todo, porque estas furioso y que no se mueva ni una mota de polvo. O cuando estas triste, querer estar solo y sentir que no hay paredes suficientes en el mundo para ocultarte. Intentar cambiar cosas del pasado, y que todos te escuchen menos la persona sobre la que el pobre fantasma da vueltas y vueltas y ni siquiera se inmuta. Tan solo está ese pequeño libro de cuentos que cuenta la historia del pobre fantasma y que permanece ahogado en el polvoriento desván de los deseos rotos por la avaricia sentimental.
Vivir de los recuerdos no es vivir, al igual que respirar las pasiones que otros expulsan tampoco es respirar.

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