domingo, 17 de marzo de 2013

Esencia de océano.


Las ilusiones, con sentimientos, son de cristal. Finas, transparentes, azuladas, bellas, esbeltas, delicadas, resplandecientes, a la par que afiladas, puntiagudas, peligrosas, punzantes, letales. Cuando se destruyen entre mis dedos dejan un rastro rojizo. Ese rojo, es el rojo de la realidad. La manta de las verdades está llena de manchas rojas, debajo de las cuales se esconden historias, duras, frías, asesinas, que no respetan la veda de los sueños. Los deseos aderezan las capas de la imaginación con dosis de fantasía.
Y mientras yo estudiando unas Ciencias que lo miden todo... Podría parecer ironía si no fuese porque la magia es ciencia que el hombre desconoce y porque para ser un buen científico hay que tener una imaginación digna de un buen compositor.
A lo mejor debería de emborracharme de mentiras y empezar a fumar las hojas del árbol de la pasión, disfrutando a cada bocado de sus frutos, de la explosión de emociones mientras brota la sangre del interior, aún caliente.
Vampiro de sentimientos es un concepto poco valorado, pero creo que no estaría mal unirse a ellos. Poder probar la carne, inhalar los excitantes olores de la pasión brotando de las raíces de la magia mientras destruyes otro arbusto del jardín de amapolas petulantes del sueño, y luego levantarte relamiendo la pócima mágica y afrodisíaca de los labios mientras te diriges a por la próxima presa no tiene que estar nada mal.
Quiero arrancarme estas cadenas que me sujetan a la cama, quiero volver a aquella noche de verano, quiero saltar, ser un niño y un gran bailarín. Quiero volar de nuevo, sin que la luna me atrape en este cielo oscuro. Quiero sentir el viento de mi madre tierra, quiero abrazar y besar a todo lo bello que me rodea. Quiero perderme en laberintos de cristal aguamarina, y poder atravesarlos con valor, retando a la muerte.
Pero, sobretodo, quiero que las palabras que salen de esta pantalla no se esfumen, porque así como duelen y arrancan sonrisas, quiero que se cumplan y sean nuevas manchas en ese manto de realidad que algún dia me acompañará en mi viaje hacia el final.



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